Decimos NO MÁS

Cómo me puedo preparar – 2da parte

Cuando estés listo/a para conversar con tus hijos/as sobre un tema difícil, es importante recordar que como adulto/a debes dar el ejemplo y guiar la comunicación de un modo saludable.

Conversa abiertamente

Motívalos/as a que reflexionen abierta, honestamente y con lógica. Permite que los/as niños/as de todas las edades expresen sus ideas, expectativas, preguntas y preocupaciones. Ten cuidado de no desechar ninguna de sus ideas porque sean “erróneas” o “infantil”. En vez promueve el diálogo pidiéndoles que continúen explicándote o te describan cómo llegaron a cierta conclusión. Los/as niños/as, especialmente los/as adolescentes, acudirán a ti para obtener información, consejo y respuestas sólo si sienten que eres abierto/a a sus preguntas e ideas. Va a depender de ti que crees el tipo de ambiente en que tus hijos/as pueden hacer preguntas libremente sobre cualquier tema y sin temer posibles consecuencias.

Dales tu reconocimiento positivo

Dales tu reconocimiento positivo cuando veas o escuches que tus hijos/as eligen maneras saludables y respetuosas de comunicarse (lo que incluye escuchar) y de relacionarse con amistades y familiares. Exprésales tu orgullo cuando se comporten de una manera que refleje tus principios. Puedes decirles: “Me admira la manera en que ayudaste hoy a tu hermana, a pesar de que estabas enojado/a. ¿Qué te hizo actuar de esa manera? Es un comportamiento muy maduro y me complace cuando te comportas con ella de una manera amable”.

Anímalos/as a que te hagan preguntas

No tengas miedo. Si tus hijos/as son suficientemente grandes como para hacerte una pregunta, también lo son para escuchar la respuesta correcta y aprender el término correcto.

  • Asegúrate de entender las preguntas que te hacen tus hijos/as. Repíteles la misma pregunta que te hicieron de distintas maneras para asegurar que la entendiste. Por ejemplo: “No estoy seguro/a de estar entendiendo exactamente lo que quieres decir. ¿Me estás preguntando que por qué las personas se agarran de las manos, o me estás preguntando si está bien que tú le des tu mano a alguien?” No quieres terminar dándoles una larga explicación que no sea la respuesta a su pregunta.
  • Siempre que sea posible responde una pregunta en el momento que la hagan. Aprovecha cada oportunidad que se te ofrezca para enseñarles algo. Por ejemplo, si tu hija te pregunta, “¿Cómo se hacen los bebés?”cuando estás saliendo para el trabajo, asegúrale que te alegra que te haga esa pregunta tan importante, pero que vas a responderle en otro momento cuando tengan ambos/as tiempo para hablar sin apuro. “Hablémoslo esta noche cuando estemos juntos/as preparando la cena, ¿qué te parece?” Y asegúrate de hacer tiempo.
  • Si tu hijo/a tiene una discapacidad del desarrollo o si aprende mejor de manera visual, usa láminas y otras ayudas visuales con tanta frecuencia como te sea posible. Por ejemplo, fotos de familiares y amistades pueden servir para ilustrar relaciones e interacciones sociales.

La campaña ‘Te Invito’ tiene como objetivo aumentar la conciencia entre individuos y organizaciones e involucrar a hombres y niños latinos en el trabajo de prevención contra la violencia doméstica.